En los últimos años, numerosos estudios han demostrado asociaciones entre el consumo de café y la reducción de los riesgos para la salud de todo tipo, desde diabetes tipo 2 hasta ciertos tipos de cáncer y la enfermedad de Parkinson. Una de las investigaciones más recientes, publicadas a principios de noviembre y realizada por el Baylor College of Medicine de Houston (EUA), concluye que la cafeína tiene efectos saludables sobre la microbiota intestinal, los billones de microorganismos que viven en nuestro intestino y que nos ayudan a digerir ciertos alimentos que el estómago y el intestino delgado no son capaces de hacerlo; que contribuyen a la producción de algunas vitaminas (B y K) y a combatir, también, las agresiones de otros microorganismos, manteniendo la integridad de la mucosa intestinal. Estos microorganismos, además, desempeñan un papel importante en el sistema inmune, actuando como efecto barrera.

Nuestra microbiota intestinal contiene 100 billones de microorganismos, incluyendo como mínimo 1.000 especies diferentes de bacterias que comprenden más de 3 millones de genes, 150 veces más que en el genoma humano. Un dato curioso es que la composición de esta microbiota es única para cada individuo y puede caracterizarnos a cada uno de nosotros, como lo hace nuestra huella dactilar. Solo un tercio de los microorganismos son comunes a la mayoría de la gente, mientras que los otros dos tercios son específicos en cada persona. En otras palabras, podríamos describirla como el carné de identidad personal, ya que es única a cada individuo.

Una microbiota intestinal saludable y equilibrada es fundamental para asegurar una función digestiva adecuada, algo a lo que ahora, sabemos, puede contribuir nuestro café. Y es que según han descubierto los autores del estudio, los microbiomas de los bebedores regulares de café eran considerablemente más saludables que aquellos que consumían poco o nada de café.

Los participantes en el estudio que bebieron durante un año, dos o más tazas de café diarias (más de 82,9 miligramos de cafeína al día), ofrecieron mejores perfiles de microbioma intestinal que aquellos que consumieron menos o ningún café, explica el director del estudio, el Dr. Li Jiao, profesor asociado de medicina-gastroenterología en el Baylor College of Medicine.

Las especies bacterianas de los grandes bebedores de café eran más abundantes y estaban distribuidas de manera más uniforme en todo el intestino grueso. Además, eran más ricas en propiedades antiinflamatorias y considerablemente menos propensas a incluir Erysipelatoclostridium, un tipo de bacteria relacionada con anormalidades metabólicas y obesidad. A mayor consumo de café, concluye el estudio, mayor riqueza de microbiota intestinal asociada a la mucosa, y mayor abundancia, por tanto, de bacterias antiinflamatorias.

Esta asociación entre la ingesta de café de dos o más cafés diarios y los mejores perfiles de la macrobiótica intestina, se detectaron en todos los sujetos estudiados, independientemente de su edad o la calidad de sus dietas.

A pesar de estas evidencia, los autores del estudio reconocen que sigue siendo incierto por qué el café ejerce una influencia tan positiva en la microbiota intestinal, aunque sugieren que la cafeína u otros nutrientes en el café pueden afectar el metabolismo de las bacterias y, a su vez, cómo los metabolitos bacterianos, los productos finales de ese metabolismo, afectan su cuerpo.

La investigación que se presentó en la Reunión anual del Colegio Americano de Gastroenterología en San Antonio, Texas, y por tanto debe considerarse preliminar hasta que se publique oficialmente, es la primera que ha tomado muestras de microbioma intestinal directamente de varias partes del colon durante las colonoscopias (otros estudios habían examinado solo las heces), lo que ha llamado la atención de otros doctores que ven en los resultados del estudio una nueva vía de investigación.

La Dra. Hana Kahleova, Directora de Investigación Clínica del Comité de Médicos para la Medicina Responsable es una de ellas y ya hizo publico en esta reunión de expertos, la importancia de seguir esta investigación. “El microbioma intestinal parece ser el eslabón perdido entre la dieta y la incidencia de enfermedades crónicas. Las personas que comen una dieta occidental típica, alta en grasas y alimentos procesados, tienden a albergar en sus intestinos más endotoxinas, componentes tóxicos de bacterias «malas» asociadas con la obesidad, la resistencia a la insulina y las enfermedades cardiovasculares. Por el contrario, los polifenoles del café y otros antioxidantes, compuestos que se encuentran naturalmente en los alimentos vegetales, son probablemente los que proporcionan un microbioma más saludable. Debemos seguir investigando como el café interactúa en nuestra microbiota intestinal y por ende en nuestra salud”.

El autor del estudio está de acuerdo con la Dra. Hana Kahleova y propone una segunda etapa de investigación más amplia. “Este primer estudio lo hemos realizado únicamente con pacientes hombres de un solo centro medico, por lo que es necesario extender a las consumidoras. Asimismo, será interesante saber que efecto tiene la cafeína en pacientes con problemas de colon y averiguar si este efecto varía según los tipos de café y la preparación de la bebida”.

Fuentes: Baylor College of Medicine, Houston (EUA)