LA ONG ESPAÑOLA IMPULSA UN PROYECTO DE FINCAS ESCUELA EN HAITÍ

A lo largo de la historia de Haití, el café ha supuesto un recurso muy importante para la dotación de ingresos a las familias y las exportaciones de productos agrícolas. En los años 60, el café suponía un 30% del total de las ventas al exterior, pero seis décadas más tarde apenas representa un 3% de las mismas.

Esto, además de una reducción importante de ingresos para el país, es un drama para las miles de familias que sustentan su economía en el café. Alianza por la Solidaridad-Action Aid, una ONG española que trabaja en el ámbito de los Derechos Humanos con las poblaciones del Sur global, ha puesto en marcha un ambicioso proyecto de formación que tiene como objetivo conseguir que el café vuelva a ser una fuente de ingresos para quienes lo producen y que esto contribuya a paliar la grave inseguridad alimentaria que sufre este colectivo y casi la mitad de población del país.

A día de hoy, unas 230.000 familias haitianas, de los 11 millones de habitantes del país, dependen del café como principal fuente de ingresos. El envejecimiento de sus parcelas y la mala conservación de estas por falta de conocimientos técnicos avanzados, sin embargo, ponen en riesgo su sustento. A ello, se suman el impacto adverso de las condiciones climáticas y diversos episodios de plagas en el pasado reciente que han deteriorado de forma notable los cafetos de esta isla caribeña.

Es en este contexto, y teniendo en cuenta que el café sigue siendo uno de los elementos clave de la industria agrícola del país, que la ONG española Alianza por la Solidaridad – Action Aid, junto con la cooperativa agrícola local Camdec, la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y la organización haitiana CROSE, está apoyando a los caficultores locales y a sus comunidades en la producción de café y ha desarrollado un proyecto pionero de fincas-escuelas que está ayudando a los productores de café a actualizar sus prácticas de producción y cuidado de sus cafetales.

FINCAS ESCUELAS DE CAFÉ A FAVOR DE UN FUTURO DIGNO

Actualmente, el café ocupa aproximadamente una superficie de 97.000 hectáreas de terreno en Haití, lo que significa, el 12% de las tierras cultivables del país. El proyecto de Alianza por la Solidaridad-AA se localiza en Thiotte, una de las mayores regiones productoras de café de Haití, donde a pesar del interés de las autordades públicas por recuperar el sector del café, igual que en el resto del país, no ha habido ningún fruto, dada la imposibilidad, por el momento, del gobierno de movilizar los medios y mecanismos necesarios para hacerlo. No pueden financiar la investigación, formación, ni divulgación de conocimientos para la mejor coordinación y productividad del sector, sumándose a esta situación el gran problema que supone que las prácticas agrícolas actuales y del pasado utilizadas por los caficultores haitianos son una de las principales causas de la deforestación y la degradación ambiental del país.

“Aunque los productores de café de Haití han sido reconocidos durante generaciones, y en términos generales los caficultores de la zona de intervención de nuestro proyecto conocen el comportamiento y manejo de sus plantaciones, en muchos casos carecen de información sobre nuevas tecnologías y esto dificulta la producción en el momento actual. Además, se percibe un déficit en los conocimientos de los productores respecto a una gestión sostenible del suelo y de los cultivos, de cómo afecta el uso de determinados pesticidas, etc.”, explica Mercedes López, responsable de Alianza por la Solidaridad-Action Aid en Haití.

Con intención de contribuir a la solución de esta situación y garantizar los ingresos suficientes a las familias productoras para que puedan llevar una vida digna, Alianza por la Solidaridad ha creado fincas escuela para formar a los caficultores.

“En Thiotte estamos apoyando el establecimiento de parcelas modelo que sirven para visualizar la implementación de nuevas técnicas que los caficultores/as de la zona pueden aprender en directo, para que, de este modo, les resulte más fácil ver sus resultados y reproducir el trabajo en sus propios campos. Ofrecemos, además, formación en el uso de una agricultura extensiva, de nuevos equipos y otros insumos agrícolas con el objetivo de aumentar la cantidad y calidad de la cosecha de café. También impartimos formación en el manejo integrado de plagas y enfermedades, técnicas de tala de las plantas para favorecer su regeneración, control de sombras, manejo sostenible del suelo para restituir la fertilidad del mismo, y otras técnicas que permitan a los caficultores aumentar la producción y calidad de sus cafés gracias a la modernización de las técnicas utilizadas. Es por ello que, además, se realiza una dotación de equipamientos a las cooperativas con las que trabajamos.

Adicionalmente, en estas fincas escuelas estamos trabajando en la lucha contra enfermedades que afectan al café, como la roya que ha devastado muchas plantaciones de este producto en toda América Latina y el Caribe. Para combatir esta plaga se ha formado a las personas que están participando en el proyecto en la fabricación de “byol”, un fertilizante natural e insecticida de producción local”, atestigua López.

COOPERACIÓN AL DESARROLLO

En esta región, como en muchas otras partes del país, el huracán Matthew tuvo un impacto devastador en el sector agrícola. Los fuertes vientos de la tormenta destruyeron muchos de los cafetos, y los que quedaron en pie perdieron gran parte de su follaje. A pesar de la severidad, el impacto fue mitigado por las técnicas de regeneración de campo promovidas por Alianza por la Solidaridad sobre el terreno en todos estos años. Estas técnicas incluyen el recorte de árboles viejos de café, algunos de los cuales tenían ya más de 60 años de edad. Esto, sin duda, ayudó a salvar a muchos de los árboles, ya que eran menos vulnerables a los fuertes vientos de la tormenta.

“El programa se puso en marcha el mismo año del huracán Matthew, apoyando directamente a más 3.000 personas y a sus familias que tenían y tienen su principal fuente de ingresos en el café. En este tiempo se ha conseguido aumentar la producción y mejorar la calidad de los cafés y esto se ha traducido en un ligero aumento del precio que obtienen por su grano y en una reducción del producto que no puede salir a la venta.

Actualmente seguimos en la zona apoyando la producción y diversificación de la producción agrícola, no solo ya en el ámbito del café, sino con otros cultivos.
El objetivo del proyecto es contribuir al desarrollo económico inclusivo de las comunidades cafetaleras. A medio plazo la intención es fortalecer a los caficultores locales y a sus comunidades frente a las dificultades de un entorno cambiante donde las consecuencias del cambio climático son muy graves. Esto permitirá, a largo plazo, asegurar la viabilidad y el éxito del sector haitiano del café en los próximos años”, apunta la responsable de Alianza por la Solidaridad-Action Aid en Haití.

UN PROYECTO POR UN CAFÉ INCLUSIVO

Además de la formación en técnicas de cultivo de café, otro de los aspectos esenciales del proyecto cafetero de Alianza por la Solidaridad en Haití es favorecer a través de la formación la continuidad del cultivo de café – actualmente la media de edad de los caficul- tores haitianos es de 50 años, lo cual pone en peligro el futuro del sector – y fortalecer el papel de las mujeres dentro de las cooperativas con las que se trabaja.

“En el ámbito local se da la paradoja de que, siendo las mujeres las que en muchas ocasiones vienen ocupándose del trabajo en el café de forma adicional a las tareas que ya venían realizando, no logran participar significativamente en los ingresos que ellas mismas generan.”, explica Mercedes López, quien añade, “en las cooperativas, se está implementando un programa de formación dirigido a las estructuras directivas para la mejora de la gobernanza y la operación de la cooperativa con equidad de género, a la vez que se refuerza el proceso formativo para mujeres productoras de la cooperativa cafetalera”.

RETOS PRESENTES Y FUTUROS

Haití es un país muy vulnerable y el sector agrícola, básico para garantizar la seguridad alimentaria de sus habitantes está muy castigado. El sector cafetero está haciendo un gran esfuerzo por modernizarse, pero el apoyo de las instituciones es muy débil y los recursos muy limitados.

“La gran mayoría de recursos que se destinan a la formación y mejora de la producción del café en Haití provienen de la ayuda de la cooperación al desarrollo. A corto plazo asistimos a una ligera mejora en la producción en determinadas cooperativas, pero la exportación continúa siendo un punto débil que necesita mucho más apoyo, solo así se puede garantizar un futuro un poco más prometedor”, concluye Mercedes López, responsable de Alianza por la Solidaridad-Action Aid en Haití.