La creciente atención en la investigación cafetera, una demanda de mercado cada vez más enfocada a la calidad, un nuevo panorama de enfermedades, plagas y condicionantes climatológicos derivados del cambio climático y la necesidad, también, de los caficultores por producir un café diferenciado que les permita vivir de su trabajo y prosperar económicamente, ha propiciado que en los últimos años se hayan empezado a producir nuevas variedades de café. Una de estas nuevas variedades es el cultivar Arara, de origen brasileño que ha irrumpido en el panorama cafetero con inmejorables perspectivas.

José Braz Matiello es Ingeniero Agrónomo, especialista en el cultivo de café y el padre del café Arara. Trabaja desde hace 52 años en diferentes áreas relacionadas con la investigación y divulgación de la tecnología de este producto, colaborando, principalmente, con el IBC-Instituto Brasileiro do Café y desde hace un tiempo, también, con la Fundación Procafé. Braz ha publicado decenas de libros sobre café, unos cientos de boletines técnicos sobre su cultivo y más de 2.000 artículos de investigación realizados sobre el cultivo de este producto. Ha creado, también, 16 nuevos cultivares de café, entre ellos, la variedad Arara.

La variedad Arara es el resultado de un cruce natural, en campo, entre individuos de la variedad Obatã (Sarchimor X Catuai) e Icatu amarillo. Las primeras plantas resultantes de este cruce se registraron a mediados de la década de 1980, cuando se seleccionaron algunos plantones para la investigación y obtención de nuevas generaciones. No ha sido hasta la última década, sin embargo, que esta variedad ha empezado a registrar una presencia creciente en plantaciones comerciales.

Las buenas características de productividad, resistencia y sobretodo, también, de calidad del café Arara, sostienen el interés de los productores por este cultivar, cuyas extraordinarias cualidades en taza han propiciado, ya, que se le conozca como el “Geisha brasileño”. Esta es, sin duda, una comparación muy importante y significativa, si tenemos en cuenta que la variedad Geisha, originaria de Etiopía, produce cafés de renombre mundial y de calidad superior, merecedores de premios en muchos concursos internacionales.

En la mayoría de los ensayos, los cafetos Arara siempre se destacan y lideran como los más productivos. También han demostrado inmunidad a la Roya del cafeto y buena tolerancia a la Phoma y Pseudomonas. Además, tienen frutos grandes y granos de tamiz alto. La mayor sorpresa, sin embargo, está en la ya mencionada buena calidad de la bebida observada en los últimos años y que le ha reportado a este café excelentes puntuaciones en varias competiciones, superando, a menudo, los 90 puntos en la escala BSCA, lo cual es, sin duda, algo excepcional.

Se sabe que la calidad del café no depende solo de la variedad plantada, sino que también influye el entorno de cultivo y la preparación postcosecha. En altitudes elevadas, el café tiende a dar una mejor bebida, más compleja y aromática, a medida que se alarga el proceso de desarrollo y maduración del fruto, teniendo así más tiempo para la acumulación de sustancias ligadas a la calidad. La microbiota local también tiende a influir. El cultivar Arara, por la característica de maduración tardía de sus frutos, facilita todos estos aspectos relacionados con la altitud, aunque también ha obtenido puntuaciones de bebida muy elevadas incluso en altitudes normales, por ejemplo, alrededor de los 900 m.s.nm a los 1000 m.s.n.m.

CALIDAD ALTERNATIVA AL GEISHA

En comparación con el Geisha, el Arara combina varias características positivas que la hacen más atractiva para muchos productores. Y es que si bien la variedad Geisha ha sido probada en el pasado por muchos de ellos por tener algunos factores de resistencia a la roya, fue relegada por no cumplir con las características productivas adecuadas y esperadas. Actualmente se están realizando nuevas plantaciones, sin embargo, su menor productividad puede obstaculizar la rentabilidad del cultivo, a pesar del eventual mayor precio que se pueda obtener de sus cafés en el mercado. Además, el gran tamaño de las plantas dificulta su manejo (es posible que, con la poda, especialmente en el sistema de cosecha cero, se puedan obtener mayores rendimientos en este material). Es así que la indicación para la plantación del cultivar Arara se presume por el momento más adecuada, ya que presenta mejores soluciones a estos factores. Tanto es así, que su aceptación por parte de los productores ha sido grande. Solo en la última cosecha, se estima que se vendieron más de 30 toneladas de semillas de Arara, lo que representa la formación / siembra de 60-80 millones de plántulas. Las semillas de esta variedad ya representan el 50-60% de la cantidad, en relación con todas las demás variedades vendidas.

CONDICIONES DE CULTIVO Y PRODUCTIVIDAD

Las condiciones de cultivo de este café son similares a las de las otras variedades de la especie Coffea arabica, o Café Arábica. El clima debe tener temperaturas suaves que se muevan en el margen de los 19°C a los 22°C, lo que significa que, en las regiones cafeteras de Brasil, esto corresponde a altitudes entre los 600 m.s.n.m y los 1.300 m.s.n.m. La precipitación anual en estas regiones varía entre los 1.200 mm y los 1.600 mm por año, adecuándose los cafetales a pleno sol, como todo el café brasileño.

La productividad de los cafetos de la variedad Arara es muy alta, siendo en las investigaciones casi siempre la más productiva entre todas las variedades comerciales existentes en Brasil. Son comunes las medias de producción de entre 40 y 60 sacos/hectárea (60 kg de granos de café procesados). Los cafetos de la variedad Arara tienen una alta resistencia a la roya, principal enfermedad del cultivo de café y presenta tolerancia a dos de sus enfermedades más comunes, la Aureolada y Phoma.

EL ARARA, EN TAZA

La producción actual de café de la variedad Arara es aún pequeña, ya que las áreas con esta variedad, en su gran mayoría, fueron sembradas en los últimos años y los cultivos aún son nuevos. Sin embargo, se estima una producción actual en torno a 300.000 sacos anuales, la cual, en los próximos años, con los cafetos de las nuevas plantaciones adultas, debería aumentar hasta alrededor de 1 millón de sacos/año.

La producción actual de este cultivar se destina a todos los mercados de café Arábica, especialmente al mercado de cafés es- peciales, donde el “Geisha brasileño” es apreciado por su taza limpia y dulce.

EL FUTURO DEL CAFÈ ARARA

Actualmente, no existen programas específicos para promover los cafetales del cultivar Arara. Su promoción ha sido “orgánica”, si utilizamos el símil con el mundo digital. No hay planes oficiales ni tampoco pagados. La introducción del cultivar se está llevando a cabo en función de la disponibilidad de semillas y su proceso de plantación, ocupando ya alrededor del 60% de las nuevas variedades presentes en los cafetales brasileños, se debe a sus buenas características productivas y cualitativas.

La tendencia de futuro es que la variedad Arara siga liderando las nuevas plantaciones en Brasil. Se estima que en los próximos años se expandirá a un ritmo de 10.000 a 15.000 hectáreas por año, lo que representaría un aumento de producción anual de 300.000 a 400.000 sacos anuales. Alcanzar estos hitos, sin embargo, dependerá en buena medida del precio del café en el mercado, ya que, a pesar de todo, la plantación del Arara, como la del resto de cafés, se basa en la condición económica o rentabilidad del cultivo

José Braz Matiello
Ingeniero Agrónomo