La creciente conciencia ambiental y social, las nuevas generaciones o la influencia de las redes sociales, entre otros factores, están dando lugar a nuevas tendencias de consumo que influyen directamente en nuestra decisión de compra.

El consumidor busca cada vez más, productos exclusivos, sostenibles y que tengan su propia historia que contar. Y es en esta nueva demanda que las empresas de café con estrategias de responsabilidad social y ambiental, ganan protagonismo.

Según una encuesta realizada por la consultora Edelman en 35 países, el 64% de los consumidores declara que recompensaría a las empresas que participan en algún tipo de activismo relacionado con la responsabilidad social o ambiental, asimilando, además, de forma directa, el 40% de la reputación de las marcas a sus planes de trabajo en Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Es más, el 90% de los consumidores aseguran estar dispuestos a boicotear a una empresa si se enteraran de que esta lleva a cabo prácticas comerciales irresponsables o engañosas (Pelican, 2019). Hoy más que nunca, pues, el famoso “res, non verba” (“hechos, no palabras”) atribuido a un antiguo senador romano, toma vigencia y los consumidores premian con su atención y fidelidad a aquellas empresas que lo practican. Tener la certeza que su café proviene de una empresa con los mismos valores que los suyos se ha convertido en un valor añadido a la excelencia de la experiencia de consumo que se presupone a una taza de café de calidad.

A un 75% de los consumidores, por ejemplo, les gustaría que las cafeterías fueran más transparentes sobre el abastecimiento de su café (Allegra, 2020), habiéndose comprobado que las empresas que fomentan esta transparencia, sean cafeterías, tostadores, microtostadores u otras, logran estrechar vínculos más estables con sus clientes, hasta el punto que, según datos publicados en Medium, la plataforma blogging creada por Evan Williams y Biz Stone, cofundadores de Twitter, un 61% de los consumidores estarían dispuestos a compartir más información con ellas, si eso les permite tener una mejor experiencia de compra y consumo. Esta predisposición pondría fin a la siempre complicada reticencia de los clientes a compartir datos y facilitaría la tarea de las empresas para lograr información de primera mano de sus clientes, definir sus gustos y preferencias, fomentar estrategias “direct to client” y trabajar en el diseño, por ejemplo, de presentaciones de café, adaptadas a la demanda de sus clientes, a grupos concretos de consumidores, etc.

CAFÉ ÉTICO

Los muchos análisis de tendencias que se han publicado con motivo del inicio del año, coinciden en que las frases bonitas ligadas a campañas de marketing dejarán de tener recorrido en el futuro si no se acompañan de políticas empresariales que se muevan en el marco de la responsabilidad, credibilidad y transparencia, los valores sobre los que fundamentan las nuevas exigencias del consumidor.

Según datos del Eurobarómetro incluidos en el Informe sobre Consumo Ético presentado el pasado mazo por la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, el 21% de la población europea afirma elegir opciones éticas al comprar alimentos, aunque hay grandes diferencias entre los países más y menos comprometidos en este aspecto. En España el porcentaje de personas que se decantan por productos éticos es del 15%, mientras que en Suecia es del 49%, en Países Bajos el 38%, o 30% en Alemania. En Portugal, solo el 7% de la población elige estas opciones.

Estrechamente relacionados con el consumo con criterios éticos son los sellos de Certificación Ecolólgica y de Comercio Justo, de los que el café ha sido abanderado durante años. Según este mismo estudio de Consumo Ético, en general, sin embargo, desempeñan un papel secundario en las decisiones de compra. Mientras que un 32% de la población europea sí afirma que estos sellos influyen en sus decisiones de compra, un 39% reconoce que no se fija en ellos, un porcentaje que en el caso de España se incrementa hasta el 59%.

El 90% de los consumidores opina, además, que fabricantes y marcas deben efectuar políticas que favorezcan un consumo responsable. Asegurando, el 64% de los españoles estar dispuestos a pagar más en la compra de sus productos para apoyar a las empresas que colaboran con las personas que los producen en países en desarrollo. Este es un porcentaje sensiblemente superior al de la media europea, situado en el 50%, según el Eurobarómetro.

EMPRESAS COMPROMETIDAS

Y es en base a esta nueva realidad que los productores, importadores, tostadores, distribuidores y hostelería, toda la cadena del café, desde la semilla a la taza, deberán diseñar sus estrategias si quieren ser competitivos en un mercado en el que, además, las circunstancias que estamos viviendo han acelerado el despertar de la conciencia social entre los consumidores.

Y es que, paradójicamente, más allá de las complicadas y tremendas consecuencias de la pandemia sobre la salud, las relaciones sociales y la actividad económica, la situación provocada por la COVID-19 se ha convertido en un momento único para las empresas, incluidas las de café, a las que se les ha presentado una oportunidad inesperada para mostrar y demostrar su compromiso social. Ejemplos hay muchos, desde tostadores y distribuidores de nuestro país que han regalado café a los profesionales de la sanidad, cuerpos de seguridad y residencias de ancianos; a los que han hecho donaciones para la investigación de una vacuna contra el virus; pasando por los que, incluso, han cedido maquinaria, material y producto para improvisar cafeterías en puntos claves de nuevos espacios improvisados para atender pacientes y que han estados operativos desde el inicio de la crisis sanitaria. A todos estos ejemplos hay que sumar y destacar, además, el apoyo de todo el sector español del café a la hostelería, una de las actividades que más directamente está sufriendo el impacto de las restricciones derivadas de la lucha contra la pandemia de la COVID-19.

Las compañías con estrategias que ponen en valor su capital humano están llamadas a salir reforzadas, también, de esta gran crisis provocada por la pandemia. Más que nunca, las políticas empresariales ligadas a la empatía con los empleados, en las que cada persona importa, han servido y seguirán sirviendo para fomentar presa, lo que en un sector como el del café en el que se trabaja con un producto delicado resulta sumamente importante y un valor diferencial para asegurarse, además, clientes más satisfechos.

Alex Edmans, catedrático de la London Business School, investigó sobre qué factores influían en un desempeño financiero positivo. Tras años de estudio, concluyó diciendo que aquellas empresas que invertían en el bienestar de sus trabajadores consiguen fácilmente un alto rendimiento financiero, y no al contrario. La evidencia empírica en general demuestra que las empresas que valoran la confianza logran mayor retención y compromiso de sus colaboradores y son más ricas en innovación, agilidad, ventas, crecimiento y satisfacción de los clientes.

ECONOMÍA CIRCULAR

Además de todo esto, las prioridades del nuevo consumidor también pasan por el reconocimiento y mayor apego a empresas que fomentan la economía circular, unas iniciativas que en el sector del café en nuestro país, tiene ejemplos destacados. Tal es el caso, del proyecto desarrollado por una de las compañías tostadoras más importantes de España y que ha permitido, recoger más de 121 toneladas de cascarilla desprendidas del tueste de su café y destinarlas a generar biogás o el impulsado por otra empresa también referente en el país que ha instalado una innovadora caldera en su planta de fabricación que utiliza el poso resultante de la producción de café instantáneo para la obtención de vapor, un recurso, a su vez, necesario en el mismo proceso de fabricación.

En algunas ciudades, además, se han puesto en marcha programas experimentales de recogida de posos de café que se destinan a la fabricación de biocombustible sólido, y en los que colaboran algunas empresas tostadoras a través de sus establecimientos de café y clientes hosteleros.

Son casos también de éxito, las políticas de sostenibilidad implementadas por muchas empresas tostadoras y fabricantes de maquinaria y otros productos afines que han sustituido, por ejemplo, su flota de vehículos por modelos menos contaminantes o que han apostado por la arquitectura sostenible para la renovación o construcción de sus instalaciones, empleando el mismo criterio de sostenibilidad en la fabricación de sus productos y maquinaria, lo que en algunos casos, incluso, les ha valido un premio a su com- promiso con el medio ambiente.

PACKAGING SOSTENIBLE

El consumidor está revalorizando, también, la sostenibilidad en el packaging en el momento de la compra. Los envases fabricados con materiales biodegradables en detrimento de los plásticos y otros menos sostenibles, ganan adeptos. En este punto, las cápsulas de café tienen mucho que decir, y es que si bien, muchos consumidores aprecian la conveniencia de las cápsulas de un solo uso, también les preocupa su impacto ambiental. Es por ello que para seguir siendo relevantes en el mercado del café, los fabricantes de cápsulas han empezado ya a abordar las preocupaciones de los consumidores y a fabricar cápsulas de café reciclables, con soluciones innovadoras como las cápsulas 100% compostables, desarrolladas por empresas tostadoras españolas.

Todo confirma, pues, que el cuidado del medioambiente, un correcto uso de los recursos naturales, el respeto de las condiciones de trabajo y un trato justo hacia los caficultores, los empleados y clientes son algunas de las exigencias que los consumidores esperan que las empresas cumplan hoy en día. Estas ideas son muy beneficiosas para la sociedad, pero está claro que también pueden ser una excelente oportunidad de negocio para quienes las pongan en práctica

Fuente:
Eurobarómetro, Allegra, Coordinadora Estatal de Comercio Justo

*Puedes acceder a la revista Fórum Café nº84 completa aquí.